Cincuenta años de la llegada del Padre Jordana al Santuario de Lord

El pasado mes de mayo se cumplieron cincuenta años de la llegada del Padre Salvador Jordana al Santuario de Lord. Medio siglo a lo largo del cual, al tiempo que se fueron dando todos los pasos para la reconstrucción material del Santuario, se pusieron los cimientos de una comunidad de vida contemplativa y diocesana a la vez. Y medio siglo a lo largo del cual muchísimas personas han ido entrando en contacto con esta comunidad, con la que mantienen una relación espiritual y de amistad.

Para dar gracias a la Virgen por estos cincuenta años de gracia y para compartir este aniversario con todos esos amigos, el domingo 11 de julio estuvimos de celebración.

El encuentro comenzó con la Santa Misa, celebrada por el obispo de Solsona, Monseñor Xavier Novell, quien en una bonita homilía desgranó de forma cercana algunos aspectos de la historia de Lord, además de señalar la idoneidad de la convocatoria al repetir varias veces que “cincuenta años había que celebrarlos”. Estuvo acompañado por el Padre Joan y también por el Padre Marc, un sacerdote amigo que vino desde Barcelona.

En la misma ceremonia, el seminarista de Lord Francesc Domenech, Cesc, recibió los ministerios de lector y acólito, tras haber completado sus cuatro primeros años de seminario.

Y también en la misma ceremonia el Padre Joan hizo profesión religiosa de votos solemnes. Fue una manifestación pública de una forma de vida por la que optó privadamente hace ya muchos años y un ejemplo de cómo a veces la vida, de la mano de la providencia de Dios, va por delante de las normas, de la forma que el hombre da a esa realidad. Y esto quizá se ve de forma especial en estos cincuenta años de la historia del Santuario de Lord.

Terminó así una celebración litúrgica que fue vivida con muchísimo agradecimiento, alegría y emoción por los más de cien participantes. Y comenzó la otra celebración, una comida en el claustro, preparado de forma espectacular para acoger a tanta gente. En ese momento se unió el Vicario general del Obispado de Solsona, Padre Marc Majà i Guiu, que no había tenido disponibilidad para llegar antes.

Entre las personas que asistieron a la celebración había varias que, con gran generosidad, habían ayudado a lo largo de los años en distintos momentos de las obras o en otras necesidades, ya fuese a través de su trabajo, de su tiempo o de aportaciones económicas. Y como cualquier reunión de antiguos amigos, la sobremesa se convirtió en una narración de anécdotas de esos años con las que disfrutamos y nos reímos un buen rato. Fue una jornada de agradecimiento y de oración a Dios y a la Virgen de Lord; de reencuentro y disfrute con personas que han estado cerca del santuario en distintos momentos de los últimos cincuenta años de su historia; de narración de anécdotas y de buenos ratos, y también fue una jornada de invitación a continuar, de la mano de la Virgen, el legado que el Padre Salvador Jordana ha dejado para esta comunidad y para todos sus allegados.